ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Voy a revelaros un secreto de felicidad y santidad
Si cada día, durante cinco minutos, sabéis hacer callar a vuestra imaginación, cerrar los ojos a las cosas sensibles y los oídos a las cosas de la tierra para entrar dentro de vosotros mismos, y allí, en el santuario de vuestra alma bautizada, que es el templo del Espíritu Santo, hablad a ese divino Espíritu diciéndole:
¡Ven, Espíritu Santo, y enséñame a rezar, y a saber decir Jesús, y a proclamar su testimonio con la palabra y la vida! Ven, Espíritu Santo, ilumíname, guíame, consuélame, fortifícame, y graba en mí la imagen viva de Cristo. Ven, Espíritu Santo, amigo y huésped mío: ¡VEN!
Si hacéis esto, vuestra vida se deslizará feliz, serena y llena de consuelo, aún en medio de las penas, porque la gracia será proporcionada a la prueba, dándoos fuerza para soportarla, y llegaréis a las puertas del paraíso cargados de méritos.
LOS DONES DEL ESPÍRITU
Sabiduría: saber lo que en cada momento tengo que hacer para agradar a Dios.
Entendimiento: saber descubrir el sentido de las cosas y acontecimientos en mi vida.
Consejo: saber orientar al que duda o se siente perdido.
Ciencia: saber penetrar en le conocimiento de Dios y su Palabra.
Fortaleza: saber superar los miedos, la cobardía, la rutina y el cansancio.
Piedad: saber sentir la cercanía de Dios y vivir en continua relación con Él.
Temor de Dios: saber rechazar aquello que rompe la amistad con Dios.